Funciones de los acordes
En una tonalidad (usaremos como ejemplo la tonalidad de Do o C), la estabilidad sonora reside en la tónica (Do) y en las notas de su triada (Mi y Sol). Esto quiere decir que cuando oímos un fragmento musical en una tonalidad, el cerebro humano espera oír estas notas para encontrar el reposo. Así, los grados de dicha tonalidad tienen tendencia a moverse a otro grado más estable de dicha tonalidad: el grado II tiende al I (tónica), el IV tiende al III (3ª del acorde de Tónica), el VI al V (5ª del acorde de Tónica) y el VII al VIII (que es la tónica de nuevo). Satisfacer esta tendencia es a lo que llamamos resolver.
Los
grados IV y VII son los que necesitan más rápida resolución por
encontrarse más cerca de su objetivo ya que están a medio
tono de distancia. Decimos que son más inestables.
Lo
mismo ocurre con los acordes diatónicos. Así definimos las
funciones de los acordes, que clasificamos, según esto, en
acordes con función de tónica (estables),
acordes con función de subdominante (semiestables) y acordes
con función de dominante (inestables).
Los acordes de tónica son aquellos que no contienen el cuarto grado
(Fa en nuestro ejemplo). Los de subdominante son aquellos que
contienen el cuarto grado pero no el séptimo. Los que contienen
tanto el grado IV como el VII son los de dominante y son los de mayor
inestabilidad.
Tónica_________
Imaj7, IIIm7
y Vim7 __ Sin tendencia armónica
Subdominante__
IIm7 y
IVMaj7 ______ Igual tendencia a moverse a tónica que a
dominante
Dominante
_____ V7 y
VIIm7(b5) _____ Tendencia a moverse hacia tónica
El
acorde VIIm7(b5) es de poco uso como dominante debido al débil
movimiento de su fundamental al resolver sobre la tónica.
Para mantener un buen ritmo armónico, los acordes con mayor estabilidad deben residir en tiempos más fuertes que los más inestables. Así un acorde de tónica estará en tiempo más fuerte que uno de subdominante y este en tiempo más fuerte que el de dominante, en la misma frase armónica.
Acordes dominantes
Así
usamos como dominante el acorde V7 principalmente, dónde el
tritono (tres tonos de distancia) formado por su 3ª mayor y
su 7ª menor (Si y Fa en el acorde Sol7 ó G7 en la tonalidad de Do),
nos hace esperar el acorde Imaj7 (Cmaj7), ya que están a medio tono
de Do y Mi respectivamente, y cuyo movimiento de fundamental está
muy definido. La escala correspondiente a este acorde es la escala
Mixolidia de absoluta importancia en la música moderna.
Es
tan fuerte la tendencia de este tritono intrínseco a los acordes de
dominante, que podemos preceder cualquier acorde diatónico por un
acorde dominante que resuelva sobre él, creando una modulación
introtonal momentánea perfectamente entendible y musicalmente
lógica. A estos acordes dominantes que resuelven sobre un acorde
diatónico diferente al Imaj7, los llamamos dominantes
secundarios.
También
podemos preceder estos dominantes secundarios por otros dominantes
que resuelvan sobre aquellos. En este caso los llamaremos dominantes
por extensión.
Los
acordes dominantes con esta estructura de acorde mayor con quinta
justa y séptima menor se establecen así como acordes de una
importancia superior en la música moderna, convirtiéndose, en
muchos estilos musicales, en acordes principales (funk, blues, R&B,
rock, pop,...). Es por esto que solemos tocar en 2ª posición
cuando vamos a abarcar estos estilos.
Escalas
Dominante principal ó diatónico
V7/I
Para el acorde
dominante principal, el V7 de la tonalidad, usaremos la escala
mixolidia al tratarse del quinto modo de dicha tonalidad. La
estructura de esta escala es WWHWWHW (W tono, de “whole tone”, y
H semitono, de “half tone”).
Dominantes secundarios
V7/II
V7/II
En el caso del
dominante secundario que resuelve sobre el 2º grado diatónico,
V7/II (A7 como dominante de Dm7, en la tonalidad de Do), tenemos que
usar el 6º grado bemol para que sirva de tensión en dicho contexto
diatónico (en nuestro ejemplo la sexta nota de la escala mixolidia
de La sería Fa# que no es diatónica a la tonalidad de Do, así
tendremos que minorizarla para que encaje en el contexto, quedando Fa
que sí es diatónica a Do). A esta escala resultante la llamamos
Mixolidia b13 (WWHWHWW).
V7/III
En este caso de
dominante del tercer grado nos encontramos con las tensiones b9 y b13
cuando construimos la escala en el contexto diatónico (En nuestro
ejemplo tenemos B7 como dominante hacia Em7, así la nota do se
convierte en la b9 y sol en la b13). Para evitar el salto de tercera
menor entre la b2 y la 3 de dicha escala se añade la #9 (=#2). La
llamaremos Mixolidia b9, b13 (HWHHWHWW).
V7/IV
Las tensiones
resultantes son las propias de la escala mixolidia (C7 es el
dominante para Fmaj7 y usamos la escala mixolidia).
V7/V
También mixolidia (D7
es el dominante de G7).
V7/VI
Ocurre como en el caso
de V7/III, la escala resultante es la mixolidia b9, b13 (E7 sobre
Am7).
V7/VII
Ya que dijimos que el acorde VIIm7(b5) es de poco uso no tiene estudiaremos dicho caso.
Estas son las escalas en la tonalidad de C de los dominantes secundarios V7/II (en nuestro ejemplo es A7/Dm7), V7/III (B7/Em7) y V7/VI (E7/Am7). En estos tres casos hay que alterar algunos grados de la mixolídia para adaptarse a la tonalidad (C):
Dominantes
por extensión
Todos los dominantes
por extensión usarán la escala mixolidia.
Ejercicio
mixolídias
Esto nos indica que el
uso de las escalas mixolidias en cualquier nota será de dominio
obligado a la larga.
Debemos familiarizarnos con el sonido de esta escala que es igual a la escala mayor natural excepto en la 7ª nota que desciende medio tono,
Será útil practicar todas las escalas
mixolidias en orden de descenso de cuartas, así llegamos a la nota
objetiva y volvemos a partir con la escala de ésta hacia el
siguiente objetivo:
C7 F7 Bb7
Eb7 Ab7 Db7 Gb7 B7 E7 A7 D7 G7
Esto es seguir el
círculo de quintas en el sentido inverso a las agujas del reloj.
Observamos que cada vez que cambiamos de escala, alteramos una de las
notas: la tercera de la escala anterior desciende medio tono siendo
la b7 de la nueva escala.
Debemos practicar
tanto los arpegios de estos acordes como las escalas.
Debemos usar
metrónomo para cuidar los ataques y el ritmo.